Cómo Liftera ayuda a recuperar la piel tras el verano

El sol favorece la aparición de líneas de expresión, pero no es el único enemigo de nuestra piel en verano

Sabemos que el daño solar es acumulativo e irreversible. Pero… ¿Sabías que éste no es el único factor a tener en cuenta durante las vacaciones? Otros elementos que forman parte de nuestra rutina diaria en verano pueden afectar también a nuestra piel. Hablamos con la Dra Angie Solano, médico estético y láser, para conocer qué otros factores externos pueden contribuir al envejecimiento prematuro de nuestra piel si no ponemos límites.

Pasar largas horas en la playa bajo un sol abrasador, estar a remojo durante más tiempo del debido en piscinas o en el mar para sofocar el calor, rociar nuestro cuerpo con aerosol antimosquitos para protegernos de picaduras o mantener el aire acondicionado todo el día encendido puede pasar factura a nuestra piel. Los expertos recomiendan no abusar de estas rutinas de verano y proteger nuestra piel antes y después para evitar agresiones que pueden debilitar la barrera protectora de la piel y acelerar la aparición de arrugas, sequedad y otras irritaciones.

La exposición moderada al sol ayuda a la piel a producir vitamina D, esencial para la salud ósea, la función inmunológica y la regulación de diversos procesos corporales. Sin duda mejora nuestro estado de ánimo, pero como muchas otras cosas, debemos controlar el tiempo y las horas del día en las que exponemos nuestra piel. “Si no prestamos atención a estos momentos, podemos provocar la aparición de manchas, arrugas finas y pérdida de elasticidad. Mi recomendación es usar protector solar +50 y antioxidantes tópicos que ayuden a prevenir estos daños”, explica la Dra Solano. 

Si bien el sol y el calor son sinónimos de verano, también lo son el cloro de las piscinas y la sal del mar. Dos factores que también tienen sus efectos en la piel si abusamos de ellos. El cloro de las piscinas elimina los aceites naturales (lípidos) que forman parte de la barrera protectora de la piel lo que conlleva una deshidratación cutánea. La piel se vuelve más tirante y en consecuencia se acelera el envejecimiento cutáneo. “Esto conlleva también un fotoenvejecimiento prematuro, haciendo que la piel se vuelva más vulnerable a los rayos UV y por lo tanto se produzca una pérdida de elasticidad de la piel y la aparición de más arrugas y manchas. 

Otra de las consecuencias es el enrojecimiento o picor, especialmente en personas de piel sensible; y por último la alteración del pH natural de la piel”, explica la Dra y añade: “Si seguimos una serie de consejos útiles podemos evitar este impacto negativo del cloro en nuestra piel. Uno de mis consejos principales es pasar siempre por una ducha para eliminar el cloro de nuestra piel y proceder con una hidratante rica en ceramidas”. En el caso del agua del mar, la Dra recuerda la importancia de aplicar un buen aftersun y ducharnos con agua dulce tras el baño para evitar la descamación.

Por último, los mosquitos son uno de los grandes enemigos del verano. Sus picaduras nos ponen en alerta y es inevitable el uso de productos antimosquitos. “Los aerosoles pueden causar irritación y sensibilidad, pero es cierto que en ocasiones necesitamos usarlos a menudo. Mi recomendación es aplicar una crema calmante siempre después de su uso”, explica la Dra Solano.  Por último no hay que olvidar el aire acondicionado. Éste forma parte de nuestro día a día en espacios cerrados públicos y privados. El aire acondicionado, especialmente si se usa en ambientes con baja humedad, puede deshidratar la piel, haciéndola perder elasticidad y brillo, lo que a su vez acentúa las líneas finas y arrugas. “Usar cremas con ácido hialurónico y mantener buena hidratación interna puede contrarrestarlo”, explica la Dra.

El cuidado de la piel en verano es clave, quizás una de las épocas más importantes del año, ya que es cuando está más expuesta. Con el propósito de recuperar su estado natural,  “en el periodo postvacacional es un buen momento para realizarse tratamientos de belleza no invasivos como un HIFU Liftera que estimula la regeneración del colágeno, mejora la flacidez provocada por la deshidratación solar, atenuando arrugas finas causadas por la sequedad ambiental y devolviendo firmeza y tono a nuestra piel”, apunta la Dra Solano.

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