Con la llegada de las altas temperaturas y tras ya varias semanas con la piel expuesta a los rayos ultravioletas (UVA) más fuertes, los expertos recuerdan la importancia de tener conciencia del tiempo que nuestra piel se encuentra bajo los rayos del sol y qué cuidados llevamos a cabo para protegerla. Esto es clave para evitar casos como la “elastosis solar”. Se trata de una condición de la piel que resulta del daño crónico por exposición a los rayos ultravioleta del sol. Este daño acumulativo provoca cambios degenerativos en las fibras elásticas y de colágeno de la dermis, una capa de la piel responsable por la sustentación del tejido.
¿Cómo se define una piel con esta patología? Una piel con elastosis solar suele presentar una textura áspera o irregular, con manchas de sol y puede volverse más flácida y menos elástica, lo que contribuye para la aparición de arrugas profundas. En mi experiencia personal, observo gran incidencia actualmente, porque nuestra cultura asocia la piel bronceada a estar más guapo(a) o haber aprovechado el verano. Pero no debemos olvidar que la piel tiene memoria, y esta alteración suele aparecer tras varios años de exposición solar, por lo que es importante llevar a cabo una serie de cuidados desde edades tempranas.
Para conocer más sobre este tema, hemos hablado con la Dra Keila Mitsunaga, especialista en dermatología quién nos aclara algunos de los puntos más importantes a tener en cuenta de esta patología.
El mejor consejo para prevenir la elastosis solar es limitar la exposición al sol en los períodos que los rayos ultravioletas son más intensos, pero si no es posible, debemos usar fotoprotector solar con alto factor (SPF 50) incluso en días nublados y siempre que sea posible llevar sombreros, gafas de sol y ropa de manga larga (cuando uno tiene que hacer deporte, por ejemplo). Además, el consumo de betacarotenos -que bien podemos encontrar en las frutas de temporada como los albaricoques, melón, nectarina o melocotones – y antioxidantes – en verduras como el brócoli, la calabaza o la cebolla morada – también vienen bien a la hora de evitar la elastosis solar.
Si hablamos de tratamientos, hasta el momento, la mejor fórmula preventiva es aquella que combina mesoterapias hidratantes y reestructurantes que aportan un plus de hidratación y firmeza por su aporte en hialurónicos, vitaminas y minerales estructurales. Con dos sesiones al año es suficiente para trabajar una “piel en forma” capaz de dar respuesta fisiológica al sol. Pero cuando la elastosis ya está presente en por ejemplo en el rostro, es cuando debemos recurrir a otros tratamientos. En medicina estética se viene hablando del HIFU en los últimos años y es debido a una combinación de sus beneficios y las necesidades y demanda de los pacientes. Es evidente que cada vez más es tendencia tratamientos cero invasivos, que ofrezcan un resultado con un aspecto más natural y sin síntomas post tratamiento (léase rojeces, dolor, etc). Dicho esto, el HIFU ha evolucionado recientemente hacia una tecnología de ultrasonidos microfocalizados con disparo digital que permite penetrar en las distintas capas de la piel para promover la retracción de los tejidos, estimulación y producción de colágeno. Por eso, es posible tratar la elastosis solar en grado leve y moderado, arrugas finas y mejorar el aspecto de la piel. Este tipo de ultrasonidos en la técnica HIFU, como por ejemplo el caso de Liftera, permiten el tratamiento sin anestesia local, de manera indolora y sin tiempo de inactividad después del tratamiento. Los resultados son parcialmente visibles de manera inmediata, aunque la mejoría esperada ocurre después de meses de tratamiento. Además, del HIFU, se puede recurrir también a bioestimuladores de colágeno, terapias con láseres y luz pulsada, tratamiento con microagujas y peelings químicos.
Cuando el grado de elastosis solar es más avanzado, se puede requerir entonces de una cirugía plástica para tratar la flacidez cutánea, pero si se acude a un profesional a tiempo y se trabaja la prevención podemos frenar en un alto porcentaje esta patología.